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20,80 €A pesar de sus orÃgenes religiosos, la imagen del fi n del mundo nunca ha desaparecido totalmente de la historia moderna. Parece razonable vaticinarla inminencia del apocalipsis a partir del momento en que los humanos sehan dotado de medios para provocarlo y han dado prueba de su ausencia deescrúpulos ante las posibilidades abiertas por la técnica. ¿Es este ambienteapocalÃptico algo más que el sÃntoma de un periodo de crisis? El resurgir delas imágenes del fi n del mundo traiciona con toda evidencia un sentimientode pánico: refl eja la conciencia que Occidente tiene de sà mismo en un momentoen que, bajo los efectos de lo que precisamente llamamos la «mundialización», su infl uencia tiende a debilitarse. Por otro lado, la creencia enel progreso ha dado paso, en busca de respuestas a las crisis sanitarias, lasamenazas ecológicas o el peligro nuclear, a la ansiedad. Este resurgimientode temas apocalÃpticos es un sÃntoma. La disolución moderna de las jerarquÃastradicionales ha provocado una nueva preocupación: tener que vivirdespués del fin del mundo.Cómo el resurgimiento de los temas apocalÃpticos nos hace reflexionar sobre nuestra realidad