Leandro es un niño muy feo, sus propios padres y su abuela se lo dicen sin miramientos; pero él no está acomplejado, y casi se puede decir que está encantado de ser horroroso. Sin embargo, al enamorarse de Cordelia, comienza a preocuparse de su fealdad; pero ella sabe apreciar la belleza de su corazón y, sobre todo, se lo pasan tan bien juntos... En una de sus peripecias, la profesora les invita a que posen como modelos para una fotógrafa de renombre: Tania Clic. Leandro no está seguro de querer acudir, pero al final se anima. La sesión resulta tan exitosa que Tania dedica al niño una exposición completa, aunque ¡no se ve que es él! En otra ocasión, Leandro y Cordelia deben investigar el robo diario del periódico de la madre de Leandro. Todos los vecinos son sospechosos, pero la solución al misterio está mucho más cerca de lo que imaginan, solo tienen que mirar en la mochila de Leandro. La aventura siguiente tiene lugar cuando los padres de Leandro le sugieren que debería apuntarse a algún curso para ir preparando su futuro. Después de barajar algunas opciones, Leandro y Cordelia deciden hacer un curso de peluquería. La sorpresa se la llevarán todos cuando descubran que la abuela es la mejor modelo para sus peinados que podían imaginar. Pero a veces ser amigos no es tan sencillo, sobre todo cuando una niña llamada Bianca se hace amiga de Cordelia, y Leandro, aunque le cueste reconocerlo, se muestra celoso. Pero no hay diferencias que no se puedan arreglar con paciencia y sentido de humor.
Una novela que demuestra que los espejos no siempre dicen la verdad.
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